En otro apunte de este blog ya hablé de los recibos verdes. En ese post hacía un comentario en el que hablaba del recibo verde usado como se supone que se tiene que usar, es decir, usado por un trabajador autónomo para facturar por su trabajo, cuando en lugar de hacer una factura normal y corriente, pasa un recibo verde. El problema es que, seguramente, ese es uno de los casos menos habituales.
La realidad es que los recibos verdes son la forma perfecta para que tanto empresarios como entidades públicas tengan gente contratada de hecho pero sin que conste en ningún sitio. Es decir, los trabajadores van a la empresa (o a cualquier ente público) y hacen el mismo trabajo que el de cualquier trabajador, tienen su horario y sus obligaciones, pero a final de mes en lugar de recibir la nómina y de que el empresario pague su seguridad social, lo que hacen es pasar un recibo verde, como si fueran autónomos y el empresario fuera un cliente más. Pero resulta que es un cliente en exclusiva, como aquel que dice. Y evidentemente la relación que hay entre el trabajador y el empresario no es la relación que hay entre un proveedor de servicios y un cliente, sino la que hay entre empleado y jefe.
Leo este artículo y se me ponen los pelos de punta. La sensación de indefensión que transmiten todas esas personas es brutal. Eso de trabajar durante años para la misma empresa, o para el gobierno, da una falsa sensación de seguridad que se transforma en una total indefensión cuando de un día para otro le informan a uno de que ya no hay trabajo. Evidentemente, la cosa sería muy diferente si los trabajadores independientes fueran exactamente eso, trabajadores independientes. Si ellos pudieran decidir cuándo, cómo y a quién van a vender sus servicios, si tuvieran la opción de poner el precio que creen justo para su trabajo y si el pago de la seguridad social fuera asociado a unos beneficios mínimos, quizá sería otra historia. Pero lo cierto es que no es así.
Lo cierto es que trabajar a recibos verdes en la mayoría de los casos es trabajar para una empresa, o para el gobierno, de manera encubierta y sin tener ningún derecho durante años. Y es quedarse sin trabajo cuando hay una enfermedad un poco larga o un embarazo.
Evidentemente, hay empresas que de vez en cuando precisan de unos servicios determinados por parte de un profesional durante uno o varios meses, y que luego dejan de precisar esos servicios, y que a lo mejor dentro de otro tiempo necesitan otra vez de esos servicios. Nada en contra de ese caso, que para eso existen los proveedores de servicios independientes.
El problema viene cuando una empresa o, sobre todo, el gobierno tiene trabajando de esta manera a una cantidad muy grande de personal durante mucho tiempo. Si me apuran podría entender que las empresas privadas lo hicieran, pero de ninguna manera puedo entender que el gobierno haga eso también. Hay oficinas que dependen del ministerio de cultura en las que todo el personal es avençado (los avençados son trabajadores “estables” a recibos verdes, que normalmente están cubriendo el puesto que correspondería a un empleado normal, o a un funcionario). Hace ya muchos meses que se oyen rumores, a raíz de la fusión de dos instituciones dependientes del ministerio de cultura, de que se va a prescindir de toda esa gente. Y ahí están todos, esperando a que cualquier día les digan que ya no hacen falta.
Debo admitir que hay dos cosas que me llaman la atención. La primera, que el gobierno sea cómplice y artífice de esa precariedad laboral. La segunda, que nadie haga nada, que estas cosas no se denuncien, que nadie se movilice. Si los trabajadores a recibos verdes decidieran un buen día no ir a sus trabajos seguro que quedaría en evidencia la situación real. Si el mismo día todos los trabajadores que hay a recibos verdes trabajando para el gobierno dejaran sus puestos sin cubrir seguro que la cosa caería por su propio peso.
Hace poco ha habido rumores también de una modificación en los recibos verdes. Por lo que he oído, la contribución a la Seguridad Social dejaría de ser fija como hasta ahora para pasar a depender de la facturación; además habría una retención a cuenta del impuesto sobre rendimientos; y además el contratante de los servicios debería pagar al estado otro porcentaje del total de la factura. Los números que me llegaron eran de locos y no sé si eran correctos o no. He sido incapaz de encontrarlo en ningún sitio, así que si alguien lo encuentra le agradeceré que me lo cuente. A lo que iba, yo oí hablar de un 26% para SS y un 20% de retención además del 5% que pagaría el empleado. Ah, y el IVA, que depende del tipo de servicio prestado.
Ahora, por favor, que alguien calcule cuánto hay que facturar en este país para poder comer y vivir decentemente, teniendo en cuenta que comprar comida en el súper es mucho más caro que en España; y que alguien me explique cómo puede alguien sobrevivir si, por lo que sea, no le pagan las facturas y aun así tiene que pagar por adelantado IVA, SS y retención, porque a mí no me salen las cuentas de ninguna de las maneras.
Desde aquí mi solidaridad y mis mejores deseos para todos los trabajadores portugueses, tanto los que están a recibos verdes como los que tienen la suerte de tener un contrato laboral, aunque les paguen una miseria.
1 comentari:
Obrigada, boirina. O que custa mais é que, apesar dos 'recibos verdes' caminharem para uma larga maioria de trabalhadores, são diariamente rebaixados, humilhados e ameaçados por pessoas que trabalham muito menos do que eles, ganham muito mais, e têm o emprego assegurado - e sabem-no. E são essas pessoas as defendidas pelos sindicatos. Somos os 'intocáveis' de Portugal, uma casta sub-humana.
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