Ya hace varios meses que oigo rumores de que la autovía que tengo al lado de casa, la que me comunica con Oporto, pasará a ser de pago. La autovía en cuestión está colapsada al final, cuando llega a la ciudad, la mitad del tiempo (la otra mitad del tiempo no está colapsada porque la gente duerme, evidentemente) y la supuesta alternativa a esa autovía es una carreterucha de mala muerte, llena de baches, y con los edificios al lado de la calzada (al lado significa eso, exactamente, porque en la mayoría de casos no hay acera, ni arcén); y quien dice edificios dice una señora vendiendo patatas, puestos de fruta, la puerta de un cementerio, una farmacia donde la gente para en doble fila... Vamos, toda una “alternativa” cómoda y viable a la autovía. Lo que antes era carretera ahora se ha convertido en zona urbana, claramente, y con una hermosa limitación de velocidad a 50 Km./h en la mayoría de los tramos. Y lo que empezó siendo una autovía por la que no pasaba nadie ahora tiene centros comerciales, polígonos industriales y muchos negocios al lado. En cuanto al transporte público, que podría ser una alternativa que justificara el peaje, hay un metro de superficie, sí, pero que une zonas muy concretas, y que representa unos 30 Km. del total (y el total debe ser unas 10 veces más que eso). Imagino que los políticos deben estar frotándose las manos ante esos nuevos ingresos. Y me imagino también que todos los negocios que se han generado al lado de esas autovías deben estar temblando ante lo que se les avecina.
Nunca he entendido lo que pasa en Portugal con los impuestos. Cuando empecé a venir por aquí el IVA era del 17%, luego fue del 19%, luego del 21%, y ahora dicen que lo van a bajar al 20%. Una medida de mierda, con perdón, porque aunque bajen el IVA, el precio de los productos no va a bajar. Bueno, igual baja el de los productos y servicios “grandes”, pero fijo que las cosas que compra el currito de a pie, en el supermercado, no bajan.
Cuando compramos la casa hace menos de 4 años, el valor catastral era de unos 40 mil euros. Ahora es de 180 mil euros. Evidentemente los impuestos anuales sobre la casa han subido en consonancia. La pregunta del millón: ¿han mejorado los servicios que tengo, aparte del metro que ha sustituido a un tren de cercanías? Respuesta contundente: NO. La casa sigue estando en una calle que se asfaltó por última vez hace unos 20 años, llena de baches y con aceras hechas por los propietarios de cada casa; no se recoge la basura con más frecuencia ni hay más contenedores; no tenemos ambulatorio, ni centro cultural, ni ningún tipo de servicio social; no se limpian los bosques de los alrededores, y diré más, alguno sirve de vertederoimprovisado.
Vale, cuesta mucho entender que la única forma que tiene un país (o su gobierno) de seguir adelante sea aumentar los impuestos constantemente. Pero aun cuesta más entender que la gente, que está puteadísima, no diga ni mu. Nada. Como si no fuera con ellos. Hoy me ha llegado un correo electrónico con el asunto de los peajes en las autovías del norte. Me invitaban a firmar en esta página web (por cierto, os invito a todos a ir y firmar, eso sería una buena demostración de solidaridad). He ido, he firmado, y he visto que solamente han firmado unas 30 mil personas. Es poco teniendo en cuenta la población de este país, pero seguramente es mucho si tenemos en cuenta que es una recogida de firmas por Internet. Porque con la miseria de sueldos que hay en este país, poca gente tiene acceso a la red. Eso sí, a nadie se le ocurre protestar como está mandado. Y no faltan motivos para hacer unas cuantas protestas.
Nunca he entendido lo que pasa en Portugal con los impuestos. Cuando empecé a venir por aquí el IVA era del 17%, luego fue del 19%, luego del 21%, y ahora dicen que lo van a bajar al 20%. Una medida de mierda, con perdón, porque aunque bajen el IVA, el precio de los productos no va a bajar. Bueno, igual baja el de los productos y servicios “grandes”, pero fijo que las cosas que compra el currito de a pie, en el supermercado, no bajan.
Cuando compramos la casa hace menos de 4 años, el valor catastral era de unos 40 mil euros. Ahora es de 180 mil euros. Evidentemente los impuestos anuales sobre la casa han subido en consonancia. La pregunta del millón: ¿han mejorado los servicios que tengo, aparte del metro que ha sustituido a un tren de cercanías? Respuesta contundente: NO. La casa sigue estando en una calle que se asfaltó por última vez hace unos 20 años, llena de baches y con aceras hechas por los propietarios de cada casa; no se recoge la basura con más frecuencia ni hay más contenedores; no tenemos ambulatorio, ni centro cultural, ni ningún tipo de servicio social; no se limpian los bosques de los alrededores, y diré más, alguno sirve de vertedero
Vale, cuesta mucho entender que la única forma que tiene un país (o su gobierno) de seguir adelante sea aumentar los impuestos constantemente. Pero aun cuesta más entender que la gente, que está puteadísima, no diga ni mu. Nada. Como si no fuera con ellos. Hoy me ha llegado un correo electrónico con el asunto de los peajes en las autovías del norte. Me invitaban a firmar en esta página web (por cierto, os invito a todos a ir y firmar, eso sería una buena demostración de solidaridad). He ido, he firmado, y he visto que solamente han firmado unas 30 mil personas. Es poco teniendo en cuenta la población de este país, pero seguramente es mucho si tenemos en cuenta que es una recogida de firmas por Internet. Porque con la miseria de sueldos que hay en este país, poca gente tiene acceso a la red. Eso sí, a nadie se le ocurre protestar como está mandado. Y no faltan motivos para hacer unas cuantas protestas.
El otro día, parada en el atasco habitual de esa autovía a la que quieren poner peajes, vi un cartel de algún grupo político que ponía algo parecido a “El gobierno falla en lo esencial: salud, educación, empleo”. No pude menos que sonreír y pensar que al menos alguien se había dado cuenta. La lástima es que parece que son pocos, y que el resto prefiere no hacer nada. Porque lo peor no es que el gobierno se dedique a subir todos los impuestos imaginables para recaudar más. Lo peor es que la gente pague y encima ni se le ocurra exigir nada cambio. Eso es lo peor.
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