dilluns, d’abril 21, 2008

ese nivel de inglés...

Leo un artículo en ABC en el que un estudiante de tercero de periodismo afirma que su nivel de inglés y el de sus compañeros no da para mucho. Lo que no dice en ningún momento es lo que yo tengo muy claro. Si la gente estudia durante el bachillerato (ojo, he dicho estudiar, no ir sacando la asignatura, que no es exactamente lo mismo) el nivel de inglés con el que se sale da para entender textos y para trabajar con ellos. Diré más, la gramática, que se estudia a fondo en primero de bachillerato y que se practica a nivel escrito en segundo para el examen de acceso a la universidad, tiene el mismo nivel que hace falta para sacarse el First Certificate. Igual para sacárselo tranquilamente puede hacer falta un poco de práctica oral y también hacer simulacros de examen, pero eso se puede hacer en pocos meses. No solo se puede, sino que sé de gente que lo ha hecho. Eso sí, hay que estudiar, y estudiar para aprender, no solo para aprobar.

Hoy en día no es tan difícil como en mis tiempos eso de practicar un idioma. Recuerdo que cuando tenía 18-20 años (ahora tengo 42) y estaba entre el First Certificate y el Proficiency (entonces no se habían inventado el paso intermedio todavía) me iba al único cine que había en Palma en el que se proyectaban películas en inglés. Sin subtítulos. Era el cine al que iban los guiris. Ponían dos películas cada semana, en días alternos, y muchas semanas veía las dos, sin importarme qué película era, con el único objetivo de practicar. Y leía mucho en inglés, todo lo que podía. Luego compramos el reproductor de video, y cada semana me iba al videoclub de una zona turística y alquilaba varias películas. Y veía todas las que podía. Buenas, malas, daba igual, la cuestión era oír hablar en inglés. Sin subtítulos. Luego llegaron las películas en inglés con subtítulos en inglés de Speak Up. Y las compré religiosamente cada mes durante años. Todo eso era antes de que existiera el DVD, Internet, la televisión por cable y demás avances tecnológicos. Si en esos momentos y con esos recursos tan escasos se podía, ahora también, mucho más. El problema no es de falta de recursos, ni hace falta esperar a que la universidad implemente un plan de apoyo. Los recursos están ahí, al alcance de todos. La cuestión es querer estudiar, y querer aprender.

Me pregunto si algún día los alumnos llegarán a entender ese concepto, si alguna vez aprender, estudiar para aprender, volverá a ser algo deseable y socialmente aceptado.